Para pruebas

martes, noviembre 21, 2006

La Plancha mas Grande.



Uno desde que es un niño trata de sobresalir o por lo menos destacar en alguna actividad.
Sea lo que sea, uno trata de ser destacado o por lo menos sentir la admiración de los demás.
Ahora, si ese otro es alguien especial para uno, o por lo menos le gusta, las ganas de destacar son mayores.

Tenía 13 años y andaba en bicicleta, justo en frente a la casa donde vivía esa niña a la que a mi me gustaba.
Frente a su casa había un parque en donde todos jugábamos y hacíamos piruetas en las bicicletas.
Voy llegando y veo que ella estaba allí, así que me propuse sobresalir al resto.

Había un par de niños de otro lado que hacían cosas realmente buenas para nuestra edad y ella estaba atónita.

“No me la van a quitar” pensé, así que me perfilé y partí a hacer mi rutina.

Comencé y sentí que todo me estaba saliendo sin problemas.
No miento cuando digo que pirueta que trataba de hacer, me salía sin problemas.
Incluso aquellas que no me salían nunca, eran pan comido ese día.
Hasta me salían cosas que jamás pensaba hacer, pero resultaban sin problemas.

Todo bien, así que decidí hace una gracia no muy complicada para comenzar a cerrar mi participación.

Estoy en eso la rueda delantera se mete en las rejillas del alcantarillado y se cruzó con la bicicleta, saliendo disparado hacia adelante con la bicicleta y todo.

No miento cuando digo que me saqué la xuxa, pero rápidamente me puse de pie, sin hacerle caso al dolor ni a mi pierna izquierda que sangraba.

La gente alrededor se cagaban de la risa, pero a mi me importaba la niña y ella no se reía. Aún no ha caído toda mi honra pensé.

Tomé la bicicleta para partir, pero no me percaté que la rueda delantera se había torcido y al momento de pedalear, la rueda se trabó y otra vez cuerpo a tierra.

Allí toda la gente que estaba en la plaza se cagaban de la risa, pero estoicamente me volví a poner de pie.

Traté de enderezar la rueda haciéndole fuerza, pero por los nervios de las risas no controlé lo que hacía y quedé con la mitad en la mano.

Para que decir como se reían todos los weones.

Al final, tomé la bicicleta, me la eché al hombro y me puse de pié sin tratar de cojear, pero el dolor era mas grande.

Sangrando, cojeando y con la bicicleta al hombro me fui para la casa.
Hasta la niña que me gustaba estaba cagada de la risa, así que allí perdí absolutamente toda mi honra.

Cuál es su plancha más grande, o por lo menos una.

lunes, noviembre 13, 2006

Insultos!!!




Una de las cosas que nos diferencian de los animales es que tenemos la capacidad de discernir. Aunque muchas veces nuestro poder de discernimiento es escaso, tenemos esa virtud.

Entre las cosas que podemos discernir son las cosas que hacemos, ya sean buenas o malas; las decisiones fundamentales que tomamos, aunque muchas veces hacemos lo incorrecto, sabiendo que no nos llevará a ningún lado, pero esa es la esencia de la vida, saber que hacemos cosas de las cuales después nos arrepentiremos.

Quién no ha dicho alguna vez, “NO TOMO NUNCA MAS” en pleno proceso de fermentación cerebral.
O “AHORA SI QUE NO LA (o lo) CAGO MAS” al llegar a la casa y ver que su pareja se ha esforzado en los que haceres.

Pero no hablaremos de esos temas, esos quedarán para otro posteo.

Una de las cosas que los humanos creamos gracias a nuestra capacidad de discernimiento son los insultos. El trato hacia los demás, que muchas veces lo hacemos por envidia o simple necesidad:

“Me alegro compadre por su ascenso, se lo merecía”
– (Chupapi… culi…., te ascienden solo porque le prestai el c… al gerente maricón culi….)

O el típico saludo a un amigo que no lo veíamos hace mucho:

-“Hola Maricón Culi….”
-“Hola po gorreao, como está la mara… de tu señora”
-“Ahí está en la casa. Y la que te caga, o sea tu señora”
-“Bien po, igual que siempre, ya compadre, nos vemos”

-“Ya compadre y vállase rápido pa su casa que te están cagando po conche….”
Después que se dan la vuelta, ambos piensan. “Puta el weon buena onda” “Mi Compadre es único”

Esa reacción que tenemos de insultar por nada es algo que hemos aprendido de niños.
Recuerdo que mi mamá una vez estaba barriendo y mi hermano, que es 10 años mayor que yo, me estaba molestando.
Mi mamá nos miraba, hasta que no aguanté mas y exploté en un gran:

-“Córtala de webiarme cabro cul….”

Es importante destacar que tenía 5 años, por lo que a ella le llamó la atención y me mandó a la pieza sin dejarme decir media palabra.

-“Pero..”
-“Cállate y a tu pieza”
-“Pero mamá..”
-“Cállate y a tu pieza”
-“Pero si tu viste..”
-“Cállate y a tu pieza”


Caminé y dije muy en silencio

-“Vieja culia”

Cuando giré vi a mi mamá que estaba justo atrás mío con la escoba en la mano.

Lo de los golpes que nos dan cuando chicos hablaremos otro día, pero por ahora, los insultos.

Agarre a xuxadas no mas, insultos favoritos, a quién se los daría y con qué ganas lo diría.

viernes, noviembre 03, 2006

La boda de don Ramon y la Bruja del 71


Jamas lo habría creido, pero tanto va el cantaro al agua...
Este es un ejemplo de perseverancia...
GRANDE DOÑA CLEOTILDE....